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LO QUE SABÍA Y NO SABÍA EN EL APRENDER A APRENDER POR COMPETENCIAS

Al enfrentar nuevos retos académicos, como fue el caso del aprendizaje por competencias en la asignatura de mercadotecnia, descubrí que muchas veces nuestras ideas preconcebidas pueden limitar nuestra disposición a aprender. Al inicio, creí que el curso seguiría las dinámicas tradicionales que ya conocía, pero pronto me encontré con metodologías diferentes que exigían salir de mi zona de confort. El uso de la plataforma Wix, que en un principio me generaba incertidumbre, terminó siendo una herramienta más accesible de lo que imaginaba, demostrando que muchas veces el miedo a lo nuevo proviene más del desconocimiento que de la dificultad real. Asimismo, el trabajo con documentos complementarios me ayudó a enriquecer mi forma de abordar las actividades, desarrollando no solo habilidades técnicas, sino también mi capacidad de adaptación y autogestión del aprendizaje. Esta experiencia me mostró que aprender a aprender implica estar dispuesto al cambio, al error y a valorar cada paso del proceso, incluso aquellos que al principio parecen difíciles.

MI APRENDIZAJE ÁULICO Y VIRTUAL

En cuanto a mi aprendizaje áulico y virtual, desde las primeras semanas me sentí cómodo con la forma de trabajo, ya que me motivaba investigar, evaluar y organizar la información que presentaba en mis actividades. Fue gratificante darme cuenta de que era capaz de gestionar mi propio aprendizaje, lo cual reforzó mi seguridad y confianza académica. Sin embargo, uno de los desafíos fue la elaboración de los documentos complementarios, especialmente cuando el tiempo era limitado y debía organizarme mejor para cumplir con las entregas. Con el paso del tiempo, logré adaptarme y entender que estos recursos no eran una carga adicional, sino una oportunidad para profundizar más en los temas.

Esta experiencia me enseñó que el aprendizaje por competencias no solo se trata de adquirir conocimientos, sino de desarrollar habilidades prácticas, adaptarse a nuevas herramientas y ser más autónoma en mi proceso formativo. Aprendí que equivocarse, intentar cosas nuevas y reorganizar mis hábitos de estudio también forman parte de aprender a aprender. Hoy reconozco que todos estos elementos han enriquecido mi formación, no solo como estudiante, sino como futuro profesionista.

COMPETENCIAS DESARROLLADAS

Trabajar por competencias me permitió desarrollar habilidades más allá de lo académico, fortaleciendo aspectos clave para mi crecimiento personal y profesional. Una de las competencias que más afiancé fue la capacidad de evaluar y seleccionar información relevante, lo cual fue fundamental para tomar mejores decisiones sobre el contenido que incluía en mis actividades. Esta habilidad me hizo más crítica y selectiva, y me ayudó a entender la importancia de la calidad sobre la cantidad al momento de investigar y presentar mis trabajos.

LO APRENDIDO Y LO QUE FALTA POR SEGUIR MEJORANDO EN MI PROPIO PROCESO DE APRENDIZAJE

Al concluir esta asignatura, he podido reflexionar sobre todo lo que he aprendido, así como sobre los aspectos que aún debo seguir fortaleciendo para avanzar en mi formación. Uno de los aprendizajes más importantes fue organizarme de una forma más efectiva, lo que me permitió gestionar mejor mi tiempo y planificar con mayor claridad las tareas que debía realizar. Este cambio en mi forma de trabajar no solo mejoró la calidad de mis actividades, sino que también me ayudó a reducir el estrés y a cumplir con mis responsabilidades de manera más eficiente.

 

También aprendí a ser más analítico, especialmente al momento de investigar y presentar información. Esta habilidad no solo es clave en el ámbito académico, sino que también será muy útil en mi futuro profesional, ya que me permite tomar decisiones más informadas y con una visión más amplia de cada situación.

 

En el trabajo en equipo, desarrollé la capacidad de escuchar activamente las ideas de mis compañeros, valorar diferentes puntos de vista y buscar acuerdos en beneficio del grupo. Comprendí que colaborar no solo implica repartir tareas, sino también apoyar, resolver conflictos y anticipar posibles contratiempos para enfrentarlos de manera conjunta. Esta experiencia también me enseñó a identificar mis fortalezas y debilidades tanto en lo individual como en lo colectivo.

 

Sin embargo, también reconozco que mi proceso de aprendizaje está lejos de ser perfecto. Aún puedo mejorar en muchos aspectos, como en la gestión del tiempo cuando se presentan varias tareas simultáneamente, en la profundización del análisis de ciertos temas, y en el uso de nuevas herramientas digitales con mayor seguridad. Sé que el aprendizaje es un camino continuo, y lo importante es mantener una actitud abierta y dispuesta al cambio.

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